
Juan Gabriel Cortés
Juan Gabriel Cortés
Compartimos una selección de poemas del escritor huilense Juan Gabriel Cortés.
CORAZÓN MÍO
El tiempo cada día
es más despiadado.
Veo mi frente arrugada
pierden fuerza mis brazos
y ahora vacila mi paso.
Pero tú
corazón mío
no envejeces
ni ahorras amor
ni evitas el dolor.
Qué fiel eres con la vida.
YO SOY UNA BALA
Yo soy una bala que huye del fusil,
una bala que echa a perder la vida,
una que condena los hijos a la parca
y las madres a la infinita soledad;
yo soy una bala que huye del fusil,
una bala que dispara el odio y el poder envilecido,
una que trae la desdicha al desdichado;
yo soy una bala que huye del fusil,
una bala que extravía la esperanza,
una que genera el desconsuelo,
la muerte espiritual de todo un pueblo;
yo soy una bala que huye del fusil,
una bala que impuso la desgracia
y la amargura entre los pobres;
yo soy una bala que huye del fusil,
una bala como salida a los problemas de la paz.
FALSO POSITIVO
A 6.402
inocentes ejecutados
Con las manos arriba
y entre lágrimas
corre manso.
Huele a boñiga de vaca.
Piensa en las últimas palabras
de su madre
y en la sonrisa de su novia.
Ya nada espera.
No se atreve a mirar atrás.
Acepta con amargura
que el verde sendero
recorrido con botas ajenas
lo conduce sin razón cierta
al final de su existencia.
EL ABRAZO DE LA SELVA
¿Dónde están Alicia, Griselda y Zoraida,
la de palabra silente, la de corazón vehemente,
la de bárbara caricia?
Todas, todas fueron devoradas por la Selva.
Alicia murió después de un parto sin patria,
Griselda a manos de una bestia en un siringal
y Zoraida en la vejez de sus amores descompuestos.
Todas, todas fueron devoradas por la Selva.
¿Dónde están Arturo, Clemente y Estévanez,
el poeta locuaz, el rumbero más hábil,
el pensador del gran ideal?
Todos, todos fueron devorados por la Selva.
Arturo murió bajo el hechizo de la malaria,
Clemente desapareció sin dejar rastro
y Estévanez se ahogó en un rápido del Guainía.
Todos, todos fueron devorados por la Selva.
¿Dónde están los niños que nadaban con las toninas,
las madres ocainas que cuidaban la náusea del yagé,
los chamanes que poseían la visión del jaguar?
Todos, todos fueron devorados por la Selva.
Los infantes sucumbieron ante el hambre del desierto,
las mujeres perecieron por el beso de dientes amarillos
y los sabios se exiliaron en las flamantes capitales.
Todos, todos fueron devorados por la Selva.
ARTURO COVA
Bajo esta frágil caoba
yace enterrado Arturo Cova,
poeta de románticos ardores
cuya pluma dio expresión a la belleza
y al horror de la Selva.
Conquistador, mas no amado.
Aventurero, en riesgo de vivir en la ciudad.
Cuando las suplicas de Alicia me arrojaron al desierto,
renuncié a la gloria literaria
por alcanzar lo que creía el supremo ideal, el amor ideal.
¡Todo vive, todo canta, todo alegra bajo la luz del Sol!
¡A la caza de símbolos en los bosques intactos,
hallé tambochas, mosquitos y sapos hidrópicos!
Y entre fiebres delirantes, solo, exhausto,
descendí a este húmedo lugar.
No hubo letrados ni cortesanas,
no hubo menciones ni loas
el día de mi entierro.
No hubo lágrimas ni oraciones,
sólo el ¡raaak! de las guacamayas
y el ¡hooo! de los monos aulladores.
Damas y caballeros, su caprichosa atención:
¡La existencia que se alimenta de vanidad
acaba en desprecio!
Juan Gabriel Cortés (Neiva, 1990) es docente, poeta y editor. Miembro de los Escritores de la Luciérnaga e integrante del comité editorial del sello Exilio. Ha coordinado, en coautoría, las antologías Últimas Palabras: Voces contemporáneas del Huila (2021), Veinte Voces Emergentes: Poesía colombiana del siglo XXI (2023), y Murmurios Homéricos: Poesía del Chibcha para el mundo (2023). Naufragio de Soles (2024) es su primer libro de poesía en solitario. En 2023 fue finalista del Premio Distrital de Poesía Ciudad de Bogotá. En 2024 obtuvo una mención de honor en el Concurso Departamental de Poesía José Eustasio Rivera. Recién finalista del Concurso Nacional de Poesía “Escuchando la Naturaleza” de la Casa de Poesía Silva.