Revista Latinoemerica de Poesía

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"Hambre" un poema de Adrienne Rich



En el marco de la conmemoración del día internacional de la mujer compartimos el poema Hunger (“Hambre”) de la poeta norteamericana Adrienne Rich en la traducción de Patricia Gonzalo de Jesús: 

 

HAMBRE

(A Audre Lorde)

 

Una escena nebulosa de una colina sobre un enorme continente.
intimidad tramada con terror,
una secuencia de borrones que planeó el cálamo del pintor chino,
una escena de desolación que alivian
dos figuras humanas expuestas con descuido,
apoyadas la una en la otra en una barca semejante a un palo
en primer plano. Tal vez nos parezcamos a esto.
no lo sé. Me pregunto
incluso si tenemos lo que pensamos que tenemos:
ventanas iluminadas que indican refugio,
una película de domesticidad
sobre frágiles tejados. Sé que en parte estoy en otro lugar:
hileras de chozas a través de una tierra consumida por la sequía,
no mía, pechos agostados, míos y no míos, una madre
que ve a mis hijos menguar de hambre.
Vivo en mi piel occidental,
mi visión occidental, desgarrada
y arrojada a lo que no puedo controlar, ni siquiera desentrañar.
Cuantifica el sufrimiento, podrías gobernar el mundo.

2.


Pueden gobernar el mundo mientras sean capaces de convencernos
de que nuestro dolor está dispuesto en un determinado orden.
¿Es la muerte por hambruna peor que la muerte por suicidio,
que una vida de hambruna y suicidio, si una lesbiana negra muere,
si una prostituta blanca muere, si una mujer genial
se mata de hambre para alimentar a otros,
el odio a sí misma cebándose en su cuerpo?
Algo que nos mata o que nos deja medio vivas
arremete haciéndose pasar por «fuerza mayor»
en el Chad, en el Niger, en el Alto Volta:
sí, ese dios masculino que obra en nosotras y en nuestros hijos,
ese Estado masculino que obra en nosotras y en nuestros hijos
hasta que nuestros cerebros quedan embotados por la malnutrición,
pero aguzados por el ansia de supervivencia,
nuestras energías agotadas a diario en la lucha
por legar una especie de vida a nuestros hijos,
por cambiar la realidad para nuestros amantes
incluso en una sola trémula gota de agua.

3.


Podemos mirarnos la una a la otra a través de nuestras vidas
como aquellas dos figuras en la barca semejante a un palo,
arrojadas juntas al paisaje de tinta chino;
hasta nuestras intimidades están tramadas con terror.
¿Cuantificar el sufrimiento? Mi culpa al menos está al descubierto,
estoy condenada por todas mis convicciones.
Tú también. Rehuimos tocar
nuestro poder, nos escabullimos, nos matamos de hambre a nosotras mismas
y la una a la otra, nos cagamos de miedo
ante lo que podría suponer tomar y utilizar nuestro amor,
regar con él una ciudad, un mundo.
blandir y guiar su chorro, destruyendo
venenos, parásitos, ratas, virus….
como las terribles madres que anhelamos y tememos ser.

4


La decisión de alimentar al mundo
es la verdadera decisión. Ninguna revolución
la ha elegido. Pues esa alternativa requiere
que las mujeres sean libres.
Me atraganto con el sabor del pan en Norteamérica
pero el sabor del hambre en Norteamérica
me está envenenando. Sí, estoy viva para escribir estas palabras,
para hojear a las mujeres de Kollwitz
estrechando a niños desolados en sus desolados brazos,
a las «madres» vaciadas de leche, las «supervivientes» empujadas
al aborto, a la inanición autoinducidos, a una visión
amarga, concreta y tácita.
Estoy viva para desear más que vida,
desearla para otros hambrientos y no nacidos,
para nombrar las privaciones que me taladran
la voluntad, los afectos, los cerebros
de hijas, hermanas, amantes atrapadas en el fuego cruzado
de terroristas de la mente.
En el espejo negro de la ventanilla del metro
cuelga mi propio rostro, demacrado de ira y deseo.
Envuelta en extenuación, sobre el papel de periódico pisoteado,
una mujer protege de la cámara a un niño muerto.
La pasión de ser inscribe su cuerpo.
Hasta que nos encontremos, estamos solas.

(1974-1975)

 

Poema de El sueño de una lengua común poemas 1974-1977 /The Dream of a Common Language Poems 1974-1977 de Adrienne Rich, Traducción de Patricia Gonzalo de Jesús, Ed. Sexto Piso.

Fotografía de Neal Boenzi, tomada del portal The New York Times. 



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