Revista Latinoemerica de Poesía

Revista Latinoemerica de Poesía

post

Poema del Viernes # 170



 

TE ESCUCHO DESNUDAR A CONTRALUZ

 

 

un día salgo sin abrir la puerta

el cuervo no lo advierte

                                            y el caballo nevado

que remolca la carreta de estiércol

con su vaho me borra

                                       como tizne se pierde

en una vertical del horizonte

plantada entre las lilas

 

su olor late en el pecho

reniega de sí mismo

                                      enrojece los arces

me quedo solo afuera

te escucho desnudar a contraluz

no soy lo que seré ni lo que fui

fermento de experiencia

                                            duro eclipse

 

pero tú me señalas

entre la insatisfecha multitud

me empujas hasta el tálamo

entre muros con un raro equilibrio

sacas a lucir pechos

                                     no entrados en razón

tus caderas socavan

hasta que la tierra cae en mi boca

 

los despiertos deliran

                                      al laúd de la muerte

los dormidos han muerto y lo disfrutan

esperen o no la resurrección

a estas alturas nadie

                                      debe esquivar la nada

como en el caso de la amante oculta

basta con no invocar su agreste nombre

 

tienes que desearlo

con todos los enroques de tu alma

con todas las abejas de tu cuerpo

                                        si uno te traiciona

si una te da de lado

un término un instante

                                      no lo conseguirás

a la muerte sólo espanta el deseo

 

la ciudad descarnada se espabila

sin que canten los gallos

los sepultureros en overoles azules

emergen del vacío

reinan desidia y cal

                                       los claveles robados

y la edad se desnuda

sin sombra ni vergüenza

 

unos huesos musgosos sobre sacos de yute

de alguna forma

                                       se busca una tumba

anima la certeza de encontrarla

desiertos de una vez el pasado el futuro

y el presente la niebla

                                      donde no se distingue

la basura que acabo de sacar

 

a la casa se vuelve por la puerta cerrada

la vieja metáfora de la luz

es un clavo torcido que no logra

sostener estos fustes sobre el cielo

la sombra se desune

                                      no estructura

con su aliento de pino calcinado

la muerte no es lo opuesto de la vida

 

 

Víctor Rodríguez Núñez (La Habana, Cuba, 1955)



Nuestras Redes