100. Verónica Delgadillo Vargas
En los versos de Verónica Delgadillo (Santa Cruz, Bolivia, 1977) la piel del tiempo acaricia las sombras de los años. Un erotismo a fuego lento se apropia de los espacios de la calma. Instantes se asoman a estos ventanales donde sopla una voz de reflejos cautivos. Presentamos a continuación un conjunto de sus poemas.
JUICIOSA
Debo tener buen juicio
    dicen
 debo limpiar el pis
 debo lavar la ropa
    dicen
 los platos, las tazas que no ensucié.
No hice nada en estos días
 días de equivocación
    dicen.
No soy una hembra perfecta
    digo
 no me preocupa serlo
 no quiero serlo.
Es mi tiempo
 un tiempo para propiciar
 las coordenadas exactas
 seguras
 perfectas
 donde calmar mi celo.
ORACIÓN DE RECOGIMIENTO
Tu espalda tiene una quebrada 
 en la que yo quiero morir
luego nacer
morir
y nacer
todos los días
 dentro mío   
                        fuera mío
 dentro
                  fuera
 por los siglos de los siglos
amén.
LITURGIA
 
 
Abrí la ventana, amor
 que vuelo 
 alzada por un cardumen
 llevo en las manos
 las verdades de tu boca
    y en la boca
 la nostalgia de tus manos. 
Abrí la ventana, amor
 cerrá la puerta
 tirá la llave
 
 vengo a morir en vos.
Del libro 37 armónicos para una fuga (2019)
***
POEMA 5
“ hasta que la muerte
 no sé
 pare”
Matías Lockhart
Ya no soy yo
 el frío ha roído mis huesos
 este vacío es serio.
¿Puedes venir?
Hoy en la mañana
 ví pañuelos elevándose en la calle
 desperté con cicatrices regadas por mi cuerpo.
Tengo miedo
                   algún miedo
no me siento y no me sé.
Estoy al revés
                        estoy mal hecha.
Alguien tiene que venir 
                        ahora
 a barrer esta casa
 sin orillas.
POEMA 32
Y en el día eterno
 cuando no suceda nada
 habrá que despeinar el alma
 ir de tronco en tronco
 de rama en rama 
                                      hacia el silencio 
 de calor en calor 
                                      hacia la copa  
 esa copa de todos los que aceptan el riesgo de morir 
 definitivamente  
                                satisfechos.
POEMA 24
Se ha derribado el silencio.
Nada más.
Brotes reventándose a la luz
 todos los pesares
 todos los agravios 
 como escombros de una casa.
Soy follaje de letras
 un árbol que no ha existido nunca.
Del libro Ausencia del árbol (2018)
***
V.
La humedad de los ojos
 lenta la vida
 el crepúsculo
 bocetos
dibujos
 obras frenéticas
 tacones gastados
 botellas vacías
                       Chagall
          Chirico                  Colin Farrell
 Lautrec                    El loco pelirrojo         
      Lenny Kravitz             Poe   
Pooh
vos
Pacientes noches sobre el puente
islas
           inmóviles
                            mudas
                                           sin nombre
                     cielo sin nubes
           amarillo
 azul
Con los ojos colgados
 desenrollando el dolor
 sollozan pájaros
 hondos de la sombra y de la queja
 bajo tu voz
 escolopendras
 escolopendras
Shhh
Cállate amor 
 si hacemos ruido
 la soledad volverá.
II.
Tócame
como sombra apacible
sin amparo
obligatoriamente
impasible
suave
sácame de acá
éntrame
habítame
Del libro Las tejas de Job (2013)
***
VERÓNICA DELGADILLO VARGAS - Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 1977. Comunicadora Social de profesión, poeta por destino. Colaboradora en Revistas literarias de circulación nacional y Revistas internacionales digitales. Ha participado en Encuentros Internacionales de poesía en Bolivia, Perú, Chile, Ecuador, Colombia. Ha escrito los libros Las tejas de Job (2013) Mención de Honor en el Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal 2012; Ausencia del árbol (2018); 37 armónicos para una fuga (2019), Segundo Lugar XLVI Concurso Municipal de Literatura Franz Tamayo. Categoría Poesía. Honeypot (Inédito). Parte de su obra se encuentra en antologías en Argentina, Bolivia, Venezuela, Colombia, Chile, Perú y Ecuador.
 
                         
                                            