Revista Latinoemerica de Poesía

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Dragón de otoño



 

Nota y selección de Juan Camilo Lee

 

Suarez Caamal se ha distinguido no solo por su obra poética, sino también por su trabajo con la literatura infantil y su admirable labor como gestor cultural. Es el director de la Casa Internacional del Escritor, en Bacalar, Quintana Roo, lugar que acoge a artistas, teatreros, escritores, músicos, de todo el mundo y les ofrece la posibilidad de desarrollar proyectos con la comunidad del lugar, y un espacio adecuado para adelantar sus propios trabajos.

A continuación, una selección de su obra poética. Los poemas que acá aparecen fueron tomados de su Poesía Reunida, editada por Nave de papel, en Bacalar en 2017.

En su obra se expresa una mirada tranquila y reflexiva sobre la naturaleza y la memoria. Una especie de ojo que a través de la imagen va creado una poética del pensamiento, que tiende a lo filosófico o lo insinúa. Sin embargo, su poesía no carece de emocionalidad, sino que ésta se ve contenida a los límites que el tono reposado del poema le impone.

 

 

EBRIA LA COPA, NO LOS LABIOS

Ox es mi nombre maya...

Cuando me engendraron,
nací pastura de las bestias.
Soy de la especie que no tira las hojas,
de la especie que no clama por lluvia.

Doy gracias por la paciencia que no tuve,
porque buscar altura es guerra cotidiana.

Cierro los ojos,
resplandece el patio.
De nuevo reconozco el huerto
en que mis días perdidos
gozaron el Diluvio,
tarde o mal, pero gozaron.
La quietud lleva a la Gracia de Dios.
Remordimientos sacuden mi copa,
mas anclan contrafuertes mi estar en el mundo.

No comprendo esta paradoja,
la vivo solamente.
Reverdezco todos los días.
Conquisto así mi permanencia
en este patio del que soy otro habitante,
patio en que arderán mis huesos
cuando el relámpago calcine hasta la médula y de tajo:
tronco, memoria, dudas,
en la consumación arcana
que sustenta tempestades
con la inmovilidad de ser
-y no-
en el mismo vórtice:
hálito y cuerpo,
flor y vianda,
el Grial
y la ebria costumbre
de apagar la muerte con cantos.


LA LLUVIA LAVÓ LOS FRUTOS

Vendí frutas cuando niño por las calles;
me vestía con las galas del patio,
mi pregón alcanzaba a los ángeles.
Fui feliz con esta cornucopia
de la pobreza sobre los hombros,
en racimos maduraba mi vida,
la lluvia era el retorno a casa.

El agua lavó los frutos de mi niñez.
En todos los cuartos las goteras
hacían germinar bienaventuranza.

Es el recuerdo de mi madre
haciendo atados con dicha y penuria
para llevar a la calle nuestro grito
de criaturas crecidas a su amparo.

 



NADIE

Como Penélope
espero a Nadie:

Ya somos dos...

Llegará Nadie a visitar mi exilio.
La multitud que soy
saldrá, con vítores, a recibir al héroe.



VESTAL DEL ALBA

Si una rosa,
si su perfume,
su color
y su fantasma
hacen que cierres la mano sobre sus espinas,
y si la sangre
brota,
entonces,
aún vives.

 



EPITAFIO

Cuando no esté
pongan en mis ojos
dos semillas y no lloren.

La lluvia es suficiente
para la resurrección.


TRAZOS


II
Defino el sueño
cuando con un pincel,
de un solo trazo
dibujo, sin premura,
no la flor, el perfume.

 

IVÁN SUÁREZ CAAMAL (1950), nacido en Calkiní, México, es autor de una vasta obra. Su producción lírica, que incluye versos para niños, comienza a difundirse con la plaqueta "Pavesas” (1979); y continúa sin detenerse con poemarios como “Memorial de Sueños” (1981);“Aprendizajes en la luz” (1996); “La mirada” (2010); y “Dragón de otoño” (2011), entre otros títulos. Ha sido Premio Regional de Poesía “Rodulfo Figueroa”, otorgado por el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas (2009). Es Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños (2010).



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