Revista Latinoemerica de Poesía

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El adolescente de la noche



 

EL ADOLESCENTE DE LA NOCHE

Nota, selección y traducción de Laura Mora


Coriolan Ardouin (1812-1835) fue un poeta romántico haitiano quien marcó la poesía de su país en el siglo XIX con su única obra “Reliques d’un poète haïtien”. Su vida fue una tragedia griega: en el momento de su nacimiento, su hermano de dos años estaba muriendo en una habitación contigua; tal escena, recordada posteriormente por sus padres, le genera un lastre de responsabilidad mortuoria y una soledad expresada en sus poemas. Terminó su vida a la edad de 23 años a causa de la tuberculosis y sus trastornos nerviosos.

 

À un ami

La foule est insensible au vieux toit qui s’écroule,
À l’oiseau qui s’envole, au murmure de l’eau ;
Et pour elle le monde est toujours assez beau ;
Mais nous qui ne brûlons que de la pure flamme,
Mon ami, notre monde est le monde de l’âme ;
Tout n’est que vanités, que misères et douleurs ;
Le cœur de l’homme juste est un vase de pleurs.

 

A un amigo

La multitud es insensible al viejo techo que se cae,
al pájaro que se va volando, al murmullo del agua;
para ellos el mundo es siempre bastante hermoso;
pero para nosotros que no quemamos más que llama pura,
amigo mío, nuestro mundo es el mundo del alma;
todo es vanidad, miserias y dolor;
el corazón del hombre justo es un vaso de lágrimas.

 

À Amélia

Le vent frais de la nuit fait palpiter les voiles,
Le marin, sur les mers t’appelle, Amélia !
Vois comme ton esquif est couronné d’étoiles,
Dieu te ramènera !
Ô Vague, ne soyez qu’une mouvante lame
À la nef qu’embellit la brune qui s’en va !
La nef t’emporte en vain : âme, sœur de mon âme,
Dieu te ramènera.
Hélas ! Adieu ! Saint-Marc, étonné de ses charmes,
La prendra pour un ange et se prosternera !
Moi, je reste et je pleure. Oh ! Pourquoi tant de larmes ?
Dieu la ramènera.

 

A Amelia

El viento fresco de la noche hace palpitar las velas
¡El marinero, sobre las olas te llama, Amelia!
Mira cómo tu embarcación está coronada de estrellas,
¡Dios te traerá de vuelta!
Ola, no seas más que una espada en movimiento
¡Al barco adornado por la morena que se marcha!
Él te lleva en vano: alma, hermana de mi alma,
Dios te traerá de vuelta.
¡Ay! ¡Adiós! San marcos*, asombrado de sus encantos,
¡La tomará por un ángel y se postrará!
Yo me quedo y lloro. ¡Oh! ¿Por qué tantas lagrimas?
Dios la traerá de vuelta.

*Ciudad costera de Haití

 

La Tristesse

La tristesse n’est pas une fleur du jeune âge.
La brise vole et chante et baise le feuillage,
La Rose vient d’éclore et le Cygne d’amour
Glisse sur les flots bleus où se mire le jour.
Tout est joie et plaisir dans le cœur du jeune homme !
Il s’emplit des parfums dont la brise s’embaume,
Et comme sur le lac le beau cygne qui fuit
Laisse à peine un sillon que la lame détruit,
Il glisse sur la vie et nage à sa surface
Cette vie océan qui gronde et qui s’amasse,
Qui compte mille écueils, et qui n’a pas un port
Où la vague écumante, un jour calme, s’endort.

Oh ! si mon cœur est plein de larmes, d’amertume,
Comme une onde de sable ou comme un ciel de brume,
C’est que je n’ai connu que peines et douleurs,
C’est qu’enfant je n’ai bu qu’un lait mêlé de pleurs,
C’est que le jour fatal ou m’a souri ma mère,
Dans la chambre voisine on couvrait d’un suaire
Le cercueil de mon frère ! Oh ! J’ai bien vu depuis !
J’ai passé l’œil ouvert et mouillé bien des nuits !
Depuis j’ai vu mourir à quinze ans père et mère !
Tout le miel a tari, reste l’absinthe amère !

 

La tristeza

La tristeza no es una flor de la juventud.
La brisa vuela y canta y besa las hojas,
la rosa ha florecido y el cisne de amor
se desliza por las olas azules, donde se refleja el día.
¡Todo es alegría y placer en el corazón del hombre joven!
Llenándose de perfumes cuya brisa es bálsamo,
y como el hermoso cisne que huye del lago
apenas deja un surco que la hoja destroza,
se desliza sobre la vida y nada a su superficie,
esta vida oceánica que ruge y se acumula,
que tiene mil trampas y no tiene puerto
donde la ola escurridiza, un tranquilo día, se duerma.

¡Oh!, si mi corazón está lleno de lágrimas, de amargura,
como una ola de arena o como un cielo de niebla,
es que no he conocido más que penas y dolores,
de niño solo bebí leche mezclada con lágrimas,
el día fatal en que mi madre me sonrió,
en la habitación contigua se cubría con un sudario
¡El ataúd de mi hermano! ¡Oh! ¡Lo he visto desde entonces!
¡He pasado muchas noches con los ojos abiertos y mojados!
¡Desde entonces a los quince años, he visto morir a padre y madre!
¡Toda la miel se ha secado, queda el amargo ajenjo*!

*Planta medicinal antiguamente utilizada en los embarazos y los partos

 

 

Laura Mora (2000). Es cofundadora del Colectivo Literario La Pedrada, con el que ha publicado el fanzine De Todito Literario con sabor a Usmekistan (2018), el libro Palabras Toscas (2019) y del libro bilingüe Rough Words (2020). Así mismo ha participado en la antología Talleres Distritales de la ciudad de Bogotá (2020). Actualmente es colaboradora en traducción con la revista latinoamericana de poesía Raíz Invertida y en el programa Poetas en Vela del colectivo Casa Desnuda.



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