Revista Latinoemerica de Poesía

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Guillermo García Díaz



Guillermo García Díaz estudió literatura en la Universidad Nacional. Hace parte de la Fundación Trilce, la cual lleva a cabo una labor de difusión poética y narrativa en el ámbito nacional. De su obra poética de carácter inédito hacen parte los poemarios Las edades deshabitadas y Los días de la eternidad. García Díaz también es librero -oficio que en gran medida aprendió de su maestro y amigo, el poeta y librero Guillermo Martínez González-, y se encarga de la compra y venta de libros usados e, incluso, de la compra de bibliotecas completas, a través de Fundación Trilce.

 

https://www.fundaciontrilce.com

 

 

Aquí va una muestra de su trabajo poético, perteneciente al libro Los días de la eternidad.

 

 

 

LA NOCHE ESTÁ EN LA LUNA PÁLIDA Y OSCURA,

La luna está en la noche, luz y sombra.

La flor es amanecer,

El amanecer existe en la flor.

La palabra es tiempo que en sí mismo transcurre,

El tiempo es palabra en fuga detenida.

El cuerpo es deseo ávido de otro deseo

que es cuerpo, tuyo, mío.

Tu eres una orilla, el amor, el río,

Yo soy la otra orilla, el amor está en mí, también el río.

La vida es retorno y el retorno es muerte.

Todo gira alrededor,

Todo es el centro.

 

 

 

A  MENUDO EL DESEO DE DECIR

Destruye mis palabras,

Trueno que azota el aire que las crea

Y ensordece el sueño del que brotan.

Luego todo calla.

 

 

 

SI AL ESCRIBIR HABLO DE MI CUERPO

Y digo que así es la luz

Y digo de la nada que así es mi cuerpo,

Del ala que ella es mi deseo,

Que la mariposa imita a mi alma

Y mi alma imita a la mariposa,

Entonces, no encuentro más distancia

De las palabras a las cosas,

Que de tu cuerpo a mi deseo.

 

 

 

DICES TREE, DICES ARBRE

Y es tenue la realidad que designas.

Incompletas están las hojas,

El viento que las toca,

Las raíces, los pájaros,

La luna que atraviesa en la noche su ramaje.

 

Dices árbol:

Un bosque inmenso te habla,

Su lengua es savia,

Te habla vegetalmente del mundo

En cada tronco, en cada casa,

Te trasplanta y tus pies saben que una misma substancia

En ellos y las raíces es terrenal destino.

Tu boca canta como las aves en las ramas

Y tus ojos suben desde la obscura raigambre de tu ser

Hasta la luz que se posa

Como celeste invocación en tus hojas.

 

 



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