Revista Latinoemerica de Poesía

Revista Latinoemerica de Poesía

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Lo que diga está lleno de polvo



 

Publicamos una selección del libro Lo que diga está lleno de polvo de la poeta Fadir Delgado Acosta quien recibió recientemente el Premio Distrital de poesía del Portafolio de Estimulo de Barranquilla 2017. Este libro acaba de ser publicado por la importante editorial Ángel Editor de Ecuador.

“Pocos poetas resultan ser incisivos y hermanar con amoroso oficio y diligencia la construcción de una sintaxis que desemboque en el lector; convocándolo a resignificarse. Con gran nivel, garbo y un verbo lírico poderosísimo, Fadir Delgado llega a la iluminación del entorno desde la fragmentación de su discurso y la economía del mismo: Siempre la palabra que se escucha como la explosión de un tiro / Esa misma palabra que cava su tumba dentro de mi boca.
Los textos de este libro son ofrenda y vértigo a los lectores que vendrán, sin duda alguna. Estamos frente a una intensa poeta que examina sus versiones, espinas y soliloquios; que germina desde lo vivido la expresión cortopunzante y comparte con generosidad su reflexión en el detalle, siempre minucia de la grandeza. “Lo que diga está lleno de polvo” conmueve, problematiza, acuna.

Un libro para entender a la poesía desde el trino y la insurgencia”.

Christian Zurita Estrella
Ecuador

 

 

 

 

LO QUE DIGA ESTÁ LLENO DE POLVO

Debajo de la lengua tengo palabras heridas en combate
Hospitales con sus gasas ahogando la herida
Debajo de mi lengua tengo una legión de escombros
Me he partido los labios por quitar esos restos de piedras pegados a los dientes
Lo que diga está lleno de polvo
De ciudades en ruinas
Lo que diga tiembla como punto de luz en el agua
será siempre un grito encalambrado
Siempre el domingo apuntándome con su escopeta
Siempre los perros abriendo la tierra para mostrarme sus huesos
Siempre la palabra que se escucha como la explosión de un tiro
Esa misma palabra que cava su tumba dentro de mi boca.

 

 

 

 


CIELO DE SOLDADURA

Jugamos a parir hijos de relámpagos
Los contábamos como insectos blancos
Desaparecían y se pegaban hasta volverse babas
Hasta ser luciérnagas sin cristales
Hasta darnos cuenta que sólo habíamos parido cráneos de antiguos miedos

Aun así dejamos atrás las escamas de la ciudad
La podredumbre de los mares que se le han muerto

El camino lo abrimos
Fue una filosa herida que nos cortó las manos
cuando decidimos reventarlo
sacarle las entrañas
y sembrarle una raíz con gusanos de luz

Jugamos a comernos nuestros hijos
a cortar alas y tragarlas como cadáveres de hielo

Nos hicimos desperdicios de animales
Niños muertos
Perros aguardando un cielo de soldadura
Nos hicimos eternidad
árboles en un charco de luciérnagas.

 

 

 

 

MAR EN EL BAR

Esperar que por la puerta entre el mar
Que abra su noche en frente de todos
Que comience a repartir girasoles guardados en botellas de vino
y verlo reservarse una ola para él

El mar oculta siempre una ola
En la barra del bar le han visto leerle un cuento
ese cuento de la ola
del caracol que parió en los rieles de un tren

Dicen que cuando lo hace
se cubre de escamas
se vuelve reptil
se arrastra por las mesas
Y comienza a cantar canciones que las olas no entienden
Hay canciones que las olas no pueden escuchar
Aunque que quisieran
               las
               olas
               no
               lo
               escuchan
               todo

Y se enoja
El mar se enoja
Le arranca los girasoles a la gente del bar

Abre su boca de reptil y se los come
Y los párpados le titilan
Hace crujidos de ebriedad
Comienza a caer
a dormirse siempre en el bar
La ola no quiere que el mar se duerma
porque es difícil levantarlo

La ola se aleja y lo ve caer
Jamás lo cargaría
Eso no es un asunto de olas

La b es un ojo de agua que separa al mar del bar
Por eso le gustan los bares
Porque escucha canciones donde el pescado podría ser también veneno
Y él sabe a qué suena el veneno
Hasta lo canta

La ola siente una culpa
Un escalofrío
Pero qué saben las olas de la culpa

Esperar que por la puerta entre el mar
Pero quién ha visto que el mar entre a los bares
Quién ha visto que el mar entre por las puertas.

 

   

 

 

EBRIEDAD BAJO LA REGADERA

Pisa con cuidado
Te confieso:
No recogí tus restos
no acomodé tu cabeza

Te vi en el suelo del baño como un desperdicio de la noche
Los párpados se te caían
Vi la batalla que tenías con los ojos
Querías abrirlos
Pero ellos no querían verte

Estiraste el brazo y cerraste la puerta

Cuando lo hiciste
llevé tu sombra ebria a la cama
y todo se llenó de sal
Allí supe lo que abandona el mar cuando muere


Al otro lado
te ahogabas entre el grito
de la ola
del gato
de la luz
Escuché las bestias de agua que te salían por la boca

Después de la sal vino la sangre
Pero cuando apareció te habías dormido
Poseidón te había cerrado los ojos a la fuerza
Creo que hizo que te arrodillaras
Que le ofrecieras algún sacrificio
Te metió bajo la regadera y te arrancó la piel

Cuando regresaste a la cama te dormiste encima de tu sal
De tu propio cuerpo cosido a las sábanas

Por eso te digo:
Pisa con cuidado
Abre con cuidado la puerta
Allí debajo de esas baldosas
está el alcohol de tu sombra

Te lo advierto:
No te acuestes en el lado izquierdo de la cama
Todavía está la oscuridad de una ola que guarda tu tatuaje de ebriedad
Tu pezuña de rabia

Pon el oído en la almohada como si fuera un caracol

Sabrás que no miento

Allí
debajo de las baldosas
está tu sangre sepultada.

   

 

 

 

CÓDIGO

La casa reclama los cuerpos que fueron raíces en la carne del patio
Ve la sangre de todos sus insectos secándose en la orilla de las paredes
Escucha el temblor de las conchas de mar en la terraza
La furia del aire que castiga sus ventanas
La casa nunca sabrá que los cuerpos se hicieron niebla en los ojos ciegos de la abuela.

 

 

 

 

DECLARACIÓN

Palabras:
                             líneas de serpientes negras ahorcando la página.

 

 

 

 

LOS ROSTROS

La luz entra en el espejo
El párpado me tiembla como un insecto enloquecido

Las paredes no dicen nada
Olvidaron el nombre
Olvidaron mi nombre

Imagino que busco tacones en el mar
que mi cuerpo se enrosca bajo la herida
Le quito las fotos a los portarretratos
A los recuerdos es mejor no ponerle rostros.

 

 

 


LADRIDO

Un espejo ha decidido romperse porque quiere ver las venas de sus cristales
Porque quiere ver el polvo de sus muertos

Escucho como se rompe
Y siembra candelabros en toda la tierra que se tragó el cuerpo
Los vidrios se hacen estrellas de sangre en la garganta
Caen salivas de relámpagos

El cuerpo es ladrido en la calle
Ruido de espigas
                                              Sangre seca en el espejo.

 

 

 

 

DE LOS HUESOS CUELGAN PAPELES DE COMETA

Te grito que me duelen los huesos que se me parten
Y tú solo enciendes la lavadora para no escucharlos
Como si no te bastara con las costras de sangre que el silencio ha dejado en las paredes
Como si no te bastara con toda la herrumbre que ha nacido de las puertas

Somos esqueletos
La piel se nos ha ido para siempre
Y tú insistes en colgarte de los huesos un papel de cometa
Y me haces creer que son crisantemos y le riegas agua y abres la ventana para que les caiga el sol

Se te va el día en eso

No te has enterado de que la soledad es transparente
Y antiséptica -creo-
Y anda por allí limpiando la sangre de las paredes
La grasa que lastima a los platos
Ya no quiere dejar ni eso

Sacas un puñado de música y se los disparas a la casa
Porque la música le abre una herida a las cosas -dices-
Y te digo que ya nada tiene latido
Y tus pápeles de comentas se ondean entre el polvo que se levanta

Crees que mi grito es la escoba colgada detrás de la puerta
La mancha espesa que sepultas como nudos de rabia
Y no sabes
que nos crece hierba en la herida
que tus huesos también se partirán
Por más música que le dispares al aire.

 

 

 

 

MANIFESTACIÓN DE LA LUZ

Está en una cueva
Hay una luz que titila
Una raíz de vidrio que le corta los párpados
No es nada más
Sólo un montón de miedo
Un sudor de lodo
Un terrible ruido

La luz tiene espinas
Espinas que le hieren los ojos
El temblor de sus muslos espanta las hormigas sobre el cuerpo
La luz protesta
Es humo
Humo que le arde en los huesos
Cierra los ojos
pero la luz en huelga no se va hasta que los abra
Alguien suelta unos perros rabiosos
El exceso de luz le impide verlos por completo
Tienen colmillos con las puntas brillantes

No sabe adónde huir
La baba de los perros inunda el lugar
Cree que los perros tienen luciérnagas en la lengua
La baba de rabia se le mete en el cuerpo
La luz protesta con un niño en el centro
Un niño cubierto de agujas que se lo arrojan a la cara
Quisiera saber quién está detrás de todo esto
¿Por qué la luz protesta?
¿Quién convoca las marchas?
¿Quién es el líder?

Se quiere arrancar la piel y entregársela a los perros
Un desierto le nace de la boca
Bebe la rabia de los perros
y se hace hambre
me hago hambre
Tengo un desierto en la boca
Una luz tierra que se mete en los dientes
Un niño de agujas cortándome los ojos.

 

 

 

 

 


Fadir Delgado Acosta: Escritora de Colombia. Autora del libro La Casa de Hierro y de El último gesto del pez. Profesional en Comunicación social. Magister en Creación literaria de la Universidad Central de Bogotá. Sus textos han sido publicados en diferentes revistas literarias nacionales e internacionales. Invitada a distintos festivales y encuentros culturales en Europa, Latinoamérica, Canadá y Egipto. Sus textos han sido traducidos parcialmente al inglés, al árabe, al francés, al italiano y portugués. Premio en Poesía del Concurso Internacional de literatura de la Universidad de Buenaventura (Colombia). 2014. Ganadora de la Residencia Artística en Montreal por parte del Ministerio de Cultura de Colombia y el Consejo de Artes y Letras de Quebec, en el área de literatura. 2013. Premio Distrital de poesía del Portafolio de Estimulo de Barranquilla 2017. Ganadora de la convocatoria internacional de la Oficina de la Juventud de Québec para participar en un intercambio literario en esta Provincia. 2010. Su libro El Último gesto del pez fue traducido y publicado al francés por la editorial Encre Vive de Paris en el 2015. Se desempeña como tallerista literaria y es coordinadora de la Fundación Artística Casa de Hierro de Barranquilla.

 



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