Revista Latinoemerica de Poesía

Revista Latinoemerica de Poesía

post

35. Eugenia Sánchez Nieto



Eugenia Sánchez Nieto: El oficio de lidiar con fantasmas

                                                                            

Por Nelson Romero Guzmán

La poesía de Eugenia Sánchez Nieto ha sido para mí un referente personal en el ámbito de las primeras lecturas que me acercaron a la poesía colombiana contemporánea desde sus iniciales libros Que Venga El Tiempo Que Nos Prenda (1985) y Con La Venia De Los Heliotropos (1990). Su palabra poética para ese entonces me ayudó a abrir las puertas al asombro y me permitió el ingreso al extravío, que es el oficio de lidiar con fantasmas.  Ese ha sido el destino de la poesía de Sánchez Nieto: lidiar con fantasmas. Así leo su antología personal Dominios Cruzados (Caza de Libros: 2010), en el llamado que me hacen sus poemas desde el espacio de los extrañamientos, de los laberintos interiores y de las imágenes sugerentes, a veces con un lenguaje sin miedo para nombrar el miedo: “Este es un tiempo extraño/ donde el crimen es un lobo de templos”.

La pandemia de la poesía colombiana de las últimas tendencias parece huérfana de realidad, la mayoría de los poetas escriben de espaldas a ella dejando su oscuridad intacta, donde reposa el vertedero poético de los dominios cruzados con sus miedos y sus penumbras, sus violencias y sus enigmas, lo cual raras veces encuentra voces capaces de expresar con dignidad poética esas pulsiones del mundo. Eugenia Sánchez Nieto, a partir de los títulos de algunos de sus poemas (“Realidades oscuras”, “Lugares perdidos”, “Sombras”, “Habitación invisible”, “adversos dominios”, “Zonas oscuras”, etc.), le teje sentidos a la realidad, trasfondos donde halla forma el libro; lugares concretos, visibles e invisibles, son transformados por la abstracción poética a través de un lenguaje donde concurren imágenes del despedazamiento, en procura de darle mundo propio al poema: la realidad y su carga de imaginación como un drama de la conciencia, los cuartos como un espectáculo violento de encerramiento del mundo de sus moradores; el rostro, el espejo y el tiempo como sublimación de la máscara. Entre el yo y la realidad hay una fragmentación de la historia personal y colectiva que el lenguaje testimonia desde la imagen laberíntica, suspendida en el ritmo, que toma de los múltiples pedazos del espacio del drama la forma de la expresión. En esto radica su manera personal de decir: “El pensamiento no funciona (…) lugar vacío, lugar perdido, resbala la mentira/ los cerros se trasladan/ fosas comunes bordeadas de múltiples cuerpos/ la paz sobre la muerte”. La forma en que Sánchez Nieto le construye su propio lugar de abolición al poema, me atrae; ese juego de espejos interiores entre la palabra y lo que nombra, hace de la imagen bíblica de David un desconocido de sí mismo: “Al mirarme al espejo no estaba allí (…)/ permanecí largo tiempo procurando recuperar mi imagen (…)/ en varios espejos a la vez me buscaba”. El libro Dominios Cruzados tiene como eje tres motivos centrales: la realidad y el hombre como juego de máscaras (“Lo que oculta el espejo”), la cotidianidad del habitante urbano frente a la negación de la belleza a través de una expresión dura (“Belleza partida”) y el diálogo íntimo de los seres que nombran el amor desde “su piel más oscura” (“Ventura del deseo”). El drama como movimiento de la imagen por reconstruirse en los espacios violentos designa una realidad vista desde lo onírico, pero un onirismo más cercano a la pesadilla como vía para expresar la realidad, el tiempo y el espacio interior del habitante y también el espacio urbano en sus zonas más oscuras. La función del poema es fundarnos lo invisible, sólo visible en la lectura: “Desde la ventana/ observo una mujer en todo igual a mí/ con un candelabro en la mano/  espía perpleja desde la calle”. Puede ser la mi misma mujer que en el poema “Lento” la lleva “por corredores maravillosos/paisajes secretos, personajes asombrosos, voces misteriosas/ infinidad de imágenes y colores”, es decir, máscaras de máscaras.

La poesía de Eugenia Sánchez Nieto confirma su acierto y nos señala el extravío desde donde se reinventa a través de sus libros y de un oficio secreto, sin báculos ajenos a no ser la confianza en su propio oficio, sincero y callado.

 

 

 

VERDE

El día y la noche son un canto alegre en mi oído
la ciudad con sus múltiples verdes acostados al sol
hombres y mujeres de mi ciudad con búsquedas particulares
la mujer con su voz negra
mi entusiasmo abierto a los demás
el silbido del adolescente en búsqueda del amor
el canto ceremonioso y contundente
                              de fuertes voces me hace temblar de emoción
el cielo azul y este clima esplendido
ciudad abierta a todos
con sus cometas de múltiples colores.

Me deslizo por caminos abiertos donde sombras palpitantes escudriñan
la luna ilumina la noche
jóvenes despiertos se mecen en el baile
la música telón de fondo apaga las voces estridentes
ebrios son jalados por indeseables
mujeres desprovistas de pudor se pasean por calles colmadas de gente
parejas abrazadas a su momento palpitan locamente
el amor iluminado un instante.

Todo se agita, todo se mueve y desvanece en el aire
la noche prestada para abandonos sublimes
por paredes de la noche suben hombres musculosos
la noche se ilumina con destellos de fuegos artificiales
desde diversos lugares voces contundentes nos llaman, nos cantan
toda la diversidad y las lenguas del mundo
todo es leve y sin peso
mi ciudad anhelada desprovista de miedo.

 

 

BAJO LAS SOMBRAS

Alguien con su quebrada voz canta por las calles de la noche
siento miedo, miedo de un disparo al aire
un disparo que deje en el asfalto a un hombre
alguien con hambre lanza su quebrada voz al aire
desde mi cuarto deseo saltar por uno
                                      de los cuadros que me acompañan
perderme en espacios de tormentas o de asombros,
besar una bella de Botticelli
tal vez arrullar un pequeño solo en medio del parque
o hacer parte para siempre de una pintura de Modigliani
cualquier cosa preferible
a la voz quebrada de ese hombre en medio de la noche.

 

 


PENUMBRA

Hombres abandonados por mujeres con ansias de vida
hombres felpudos de mirada triste
la amplia noche que nos alberga y desaloja
hombres sinceros con un parche en el ojo
olvidados en el último escalón del tren que parte sin rumbo fijo
mirada llorosa del solitario
                             en la penumbra de su apartamento.

Hombres con miedo convencidos de no tenerlo
lluvia pertinaz sobre los rostros idos
orejas rotas mirada perdida, ¿para qué nacer?
si la vida joven se pierde a cada instante
el cuerpo dejo de ser sagrado
el odio, el fanatismo, las furias se abrazan a jóvenes cuerpos
la ceremonia de la guerra, el olor a plomo redime a los bárbaros
las escaleras infinitas recorriendo los mismos lugares del miedo
las ciudades, los tiempos, los rostros, pasan los siglos
                            pero sigue detenido el tiempo del miedo y del odio
mirada llorosa del solitario en la penumbra de su abandono.

 

 


TUMULTO DE VOCES

Las puertas abiertas, el viento mece la cortina
el sonido insistente de una ambulancia
delata la posible muerte
un hombre joven pierde el sentido
rueda por las escaleras aferrado a sus libros
el dolor, la soledad, la enfermedad.

Sombras escurridizas se mecen
los ojos, las bocas abiertas
una puerta produce un sonido seco
nadie llega, pero hay un tumulto de voces
en el suelo el hombre inconsciente
incisivas miradas se pegan a su piel
las manos se agitan produciendo calor, agotamiento.

Ese hombre solo, enfermo, con su ojo herido llora
posee una fortaleza que no lo abandona
portones, calles, ventanas de madera
miradas escondidas en la penumbra de las luces
seres silenciosos se pasean por las calles
la noche sobre la noche.

 

 


DOMINIOS CRUZADOS

Las furias no pueden seguir avasallando
el viento trae lágrimas de dolor
los cuerpos son saqueados
el aire huele a plomo
los caballos huyen de jinetes bestiales.

Un niño sonríe frente a rostros vaciados de odio
la fiebre de poder, atrapa, pisotea, asesina
con máscara de amor oscurece, silencia al amigo
murmullos, sombras, sigilo, la noche sin sueño
mal nacidos con ganas de muerte

El silencio recobra el orden
la extraña voz de los sin voz
más allá de la muerte, la vida recurrente, hermosa
el deseo contra el tumulto de miedo
la vida contra las furias, un día donde la noche duerma.

 

 

 

LO INASIBLE

Aún siento el frío de aquella noche
en la puerta del beso
la noche nos cubría con su manto de seducción y miedo
tus fuertes manos recorrían aquel cuerpo palpitante
extasiados traspasaban sus pieles
las tenebrosas calles perdían fuerza
no había más
la noche presenciaba fascinada aquella entrega
en la puerta del beso
el amor tenía su lugar.

 

 

 

VOCES ININTELIGIBLES

En una ciudad desconocida
rostros a través de ventanas, voces ininteligibles
el idioma como babel
la música lenta tendía un hilo común
sola en medio de la nada
te sentaste sin pedir permiso
hombre de hermosa mirada
sirio, libanés, egipcio
en esta ciudad desconocida y bella
sin idioma común
sola en medio de la nada.

El azul profundo en medio del frondoso árbol
era un sueño -o tal vez no-
recorría calles silenciosas
las miradas ocultas eran buena compañía
el miedo jalaba una cuerda tensa
buscaba una casa blanca de tejas naranjas
no tenía a quien preguntar
sola en medio de la nada.

Hojas secas bajo mis pies
la música bailaba en los oídos
lento el cuerpo se dejaba poseer
por esa fuerza mágica
las palabras cansadas salían a bailar
en un paisaje de viento y un corredor de árboles
sola en medio de la nada.

 

 


DAVID

En su delirio provocado por la enfermedad
se descubrió de otra manera
nunca volvió a ser el mismo
se transformo complejo y ambiguo
el vértigo de lo infinito
el sentimiento de extravío
las imágenes extrañas de los seres y sus cosas
                                                    lo visitaban
instaurando una conciencia insoportable
el sueño aparecía como un cierto bienestar
sobrecogido subía unas escaleras sin termino
ángeles escandalosos lo agobiaban con propuestas deseables
mujeres inalcanzables miraban tras la máscara
bellas parejas se mecían en el aire
las palabras no lograban develar su búsqueda
en silencio observaba aterrado la realidad de su vacío.

 

 


EL BESO DEL PELICANO

Nunca visitamos el mar querido hermano
no vimos cómo el pelícano atrapa al pez
en medio de su vuelo
¿Acaso no sabías que en mi vida anterior
                                          fui un animal de mar?
olvidamos el abrazo más cálido y el más profundo
por eso nos perdimos
hoy como el pez más ligero aguardo el beso del pelícano.

 

 


PUEDE SUCEDER

Cuidado no te alejes demasiado
en el sueño cualquier cosa puede suceder
verás tu cuerpo suspendido con una expresión
                                     de terror en los ojos
una sordomuda en una pista de baile expresando
su gracia y soltura de movimientos
ninfas que acechan y te llaman produciendo
                                     extraños sonidos
una mujer de rostro apacible que te amamanta
un ángel lascivo en abstinencia dedicado
                                     a ritos dolorosos
un sobreviviente de ojos hermosos guiando
un trasatlántico en alta mar
un general frente a un espejo masturbando su miedo
niños implacables cobrando por fin al mundo su indecencia.
Cuidado no te alejes demasiado
                                     cualquier cosa puede suceder.

 

 

 

EXPOSICIÓN PERMANENTE

Templar la piel hasta reventar
golpear, pisotear, horadar hasta el extremo
moretón, hinchazón, herida que sangra
gritos, bostezos, murmullos
el puñal barrena el cuerpo
templar la piel hasta reventar
con sus propias manos, manos que acarician
que golpean como tambor en la noche
manos que esculpen, que fijan lentamente la cicatriz.

Siglos de horror, de trampas, de indiferencia
nadie se opone, todo se vuelve natural
caída lenta desde la montaña
hasta el azul infinito y la profundidad del océano
con sus bestias maravillosas.

Pieles expuestas, atravesadas
exposición abierta a la mirada
bocas abiertas
templar la piel, colgarla de extremo a extremo
ponerle color, exposición de cuerpos abandonados, ruinosos.

 

 

Eugenia Sánchez Nieto (Bogotá, Colombia) Título de Filosofa de la Universidad Nacional, Especialización en Administración y Planeación del Desarrollo Regional Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.

Obtuvo el Segundo Premio en el Concurso Nacional de Poesía de Empleados Oficiales en 1979. Primera mención en el Concurso Nacional de Poesía Awasca de la Universidad de Nariño en 1981. Premio Nacional de Poesía Hormiga Editores en 1984. Segundo Lugar en el Concurso Nacional de Poesía convocado por el XII Festival de la Juventud Internacional y la Fundación Papagayo de Cristal, 1985. Segundo Lugar en el Concurso Nacional de Poesía Luis Carlos López, 1989.  Mención de Honor en el Concurso Nacional de Poesía convocado por el Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá, 1994. Beca de creación en la modalidad de poesía, Colcultura, 1995.  Finalista en el Concurso Internacional de Poesía Nicolás Guillén, 2003 “Escritores Hispanoamericanos en el Mundo” (Editorial Bellvigraf – Argentina - Libro Digital)

Ha publicado los libros: Que Venga El tiempo Que Nos Prenda, Ulrika Editores, 1985, Con La Venia De Los Heliotropos, Ulrika Editores, 1990 y los cuadernos  Las Puertas De Lo Invisible, Departamento de Publicaciones del centro Colombo Americano, 1993 y  Visibles Ademanes, colección viernes de poesía, Universidad Nacional de Colombia, 2004.  “Dominios Cruzados” que hace parte de la colección 50 poetas colombianos, publicado por la Editorial Caza de Libros, Agosto, 2010, Ibagué, Tolima. Visibles Ademanes, colección un libro por centavos, Universidad Externado de Colombia, Julio 2013. Su último libro en edición digital “Lo Inasible” publicado por Gabriel Ruiz de NTC, Cali, 2016.  Sus poemas han sido publicados en diversas revistas, periódicos y antologías nacionales e internacionales.

 

eugeniasancheznieto.blogspot.com

 

                                                                                              



Nuestras Redes