Revista Latinoemerica de Poesía

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5. Lêdo Ivo (1924 -2012)



Por Iván Trejo

En septiembre de 2008 Lêdo Ivo visitaba Monterrey para asistir al Encuentro Internacional de Escritores de la ciudad, durante su estancia, dio una lectura memorable de su libro Poesía completa (1940-2004) publicado por Topbooks y Braskem, con la presentación de Jose Javier Villarreal y Rodolfo Alonso. Al bajar del estrado de aquella lectura fue a donde estaba y me dio el libro con el que leyó, el cual ya venía firmado. Atesoro el libro por su gran poesía, pero también por la calidez y generosidad que tuvo conmigo las ocasiones en que nos encontramos.

Quedamos para desayunar un día después de la lectura, al llegar al hotel sede no lo encontré en el looby y en su habitación nadie respondió el teléfono, salí a la calle un poco confundido y entonces lo vi en la fila de un McDonald’s esperando por un helado. De inmediato saludó  y me ofreció uno. La entrevista que transcribo en seguida, la realicé en el hotel sede del encuentro mientras desayunábamos, se dio de forma espontánea, en la mesa también estaba el poeta uruguayo Alfredo Fresia, a quien le dedico estas letras, recordando al querido e incansable Lêdo:

  (…) me impresiono mucho, ya había leído a Alfonso Reyes, La experiencia literaria, es un libro fundamental para un poeta, yo se lo recomiendo a todos los poetas. Alfonso Reyes es un escritor que he leído la vida entera, tengo muchos libros de él, tengo libros raros, las primeras ediciones, cuando era diplomático en Brasil.

 

 

—    ¿Qué poeta fue quien lo presentó con Alfonso Reyes?

Manuel Bandeira, un gran poeta brasileño, un poeta muy significativo.

 

 

—    ¿Y cómo se da esta cercanía con Alfonso Reyes? 

Es un misterio, porque me era muy interesante la prosa tan analítica que él tiene, tan construida, tengo muchos libros de él, yo leo con frecuencia sus crónicas, son deliciosas y varios de sus ensayos, además es muy apreciado como poeta, tiene un poema sobre los indios que es impresionante.

 

 

—    ¿A qué jugaba Lêdo Ivo cuando era niño? 

Tuve pocos juegos, mi padre era abogado, no había relación con la literatura, en mi casa no había biblioteca, yo con el tiempo le dije que a mi me gustaría ser escritor y poeta, yo leí mucho las aventuras de Emilio Salgari, las historias de piratas, de tesoros escondidos, mi ciudad natal (Maceio), era un lugar llena de lagunas y el agua tiene una presencia muy grande en mi poesía, de modo que, tuve mucho interés por los libros desde siempre.

 

 

—    ¿Cuándo se dio cuenta que era poesía lo que quería hacer? 

Cuando tenía 14 años escribí mi primer poema, yo escribía muchas cosas, cuentos y participaba en concursos literarios, después yo fui a Recife una ciudad más importante, es cuando conocí a un grupo importante de poetas, yo fui educado en un colegio religioso de los hermanos maristas, y me hacían leer en francés y en latín, desde los 14 o 15 años yo leía los movimientos franceses, ese grupo era muy sofisticado, leía a Baudelaire, Valery, me hice amigo de ellos en 1940, leía los libros que salían en Argentina, mi primera formación fue muy sofisticada, leía pocos autores de lengua portuguesa, leía más franceses, ingleses, ya después me fui aproximando a la poesía brasileña, a los poetas modernos, cuando tenía muy poca edad me pasé en París dos años, fui invitado para ir a Estados Unidos, con un programa del gobierno que recibía escritores y la civilización norteamericana me sorprendió mucho, una civilización muy vertical. Creo que he comenzado muy cosmopolita y he terminado como un poeta local.

 

 

—       As imaginaçoes, se publica en 1944, hace ya 64 años, con la distancia de estos años, ¿cómo ve su primer libro? 

Fue un libro muy inmaduro, en ese momento había un movimiento de modernismo brasileño, yo tenía 20 años, era un libro muy juvenil, hoy que ha pasado todo ese tiempo y con todo lo que he publicado, no creo que haya sido una voz nueva de la poesía, el modernismo brasileño estaba un poco estancado, ese libro fue visto con cierto entusiasmo, muchos críticos dicen que hay división de aguas entre el modernismo y una nueva generación, un momento en que quizá ya pertenece ese libro al momento de la generación del 45, es un libro muy imperfecto como toda mi obra. Para mí es muy difícil hablar sobre mi propia obra, yo soy quien menos sabe quién soy.

 

 

—       El 45 es un año particularmente difícil, muere el presidente Vargas, empieza la segunda guerra mundial, muere Mario de Andrade… 

Es algo que caracteriza a esa generación, porque los modernistas eran muy nacionalistas, la generación del 45 era más cosmopolita, los intereses literarios son otros, por ejemplo yo me interesaba mucho en Marineti, Valery, Saint John Percy, Ungaretti, que nos reformaron totalmente, no nos interesaba ser tan formalistas, por eso cada poeta fue siguiendo su camino, lo que caracteriza una generación no es la uniformidad, es la diversidad.

 

 

—    En ese momento hay una ruptura con el surrealismo brasileño y el modernismo al mismo tiempo.

En realidad hubo sólo un par de poetas brasileños surrealistas, ese movimiento no pegó mucho en Brasil, mi generación realmente no creía en eso, sino en una reconfiguración de la realidad, bueno es difícil saber si es surrealismo, si no es.

 

 

—    ¿Qué busca con la poesía Lêdo Ivo? 

Uno no puede explicar el misterio de su vocación, por qué eres poeta, político, ingeniero, piloto de pruebas, hay ese misterio original, es una manera de ser, yo busco exprimirme, comunicarme, ser con los otros.

 

 

–    ¿Poner la poesía al servicio del hombre? 

Claro, para mí la poesía, es la fusión de los poetas, de la sociedad, escribir poemas es la finalidad de la fusión, la poesía es un arte del hombre, dentro este arte hay una visión del mundo, cada poeta tiene una visión del mundo, que es más importante que la visión de los filósofos, la poesía siempre tiene la frescura que llega a la gente, la poesía es la fuente de la eterna juventud, una afirmación personal, nunca me preocupé por eso, yo sólo me preocupé por cómo escribía y qué escribía.

Un poeta no sabe porque se le considera a un poema terminado, no es más que una percepción de su experiencia literaria, el poeta es un eterno aprendiz, un alumno, nunca se llega a ser maestro, nunca terminas de aprender de las experimentaciones.

 

 

  —    Una pregunta trillada: ¿tiene libros de cabecera?  

Yo no tengo libros de cabecera, porque entonces dormiría sobre una biblioteca, no tengo libros fundamentales, tengo lecturas fundamentales, por ejemplo Melville, Dostoievski, Camões, Quevedo, Baudelaire, Verlaine, Mallarme, Víctor Hugo, Goethe, él me enseño muchas cosas, los hombres somos seres colectivos, no hay individualidad, somos a través de los otros, hemos heredado lo que los demás nos han ofrecido.

 

 

  —    Esa cuestión de la inspiración…  

La inspiración es la cosa más tonta que puede haber, porque la poesía no es una inspiración, es una expiración, un poema sale de adentro para afuera, del inconsciente retornado de la experiencia inconsciente, hay un momento, un relámpago en que decides escribir un poema, puedo escribir un poema ahora o mañana, un poema no viene a ti ya elaborado, hay poemas constructivistas, por ejemplo el poema Los pobres en la estación del autobús, ese poema no lo escribí en la fila comprando un boleto de autobús, sino ese poema fue como una impresión de la realidad y hay poemas que son más elaborados, de laboratorio secreto, yo soy capaz de escribir un poema, más bien yo soy poeta cuando soy visitado por mí mismo.

 

  —    ¿La poesía en lengua portuguesa alcanza su nivel máximo con Camões y Pessoa?  

Pessoa es un gran poeta, pero no sé explicar, porque son descubiertos ciertos fenómenos, un Pessoa, un Kafka, un Borges, es otro misterio literario, porque podría ser otros escritores, Camões y Pessoa son poetas mayores, nosotros los poetas brasileños estamos muy distanciados de Portugal, la verdad no nos ha interesado mucho la poesía portuguesa, la poesía brasileña es muy diferente, hay más lazos con la poesía francesa, italiana, americana y española, que nos interesaron mucho y sobre todo los del siglo XX.

 

 

  —    Podríamos decir entonces, que la lengua portuguesa no es patria de Lêdo Ivo.   No, para mí la lengua no es una patria, es un medio de comunicación, de expresión, la patria es un espacio. Mi patria es mi experiencia personal como escritor.   —    ¿Hay poesía de segunda clase?  

No, en realidad hay poesía en todo el mundo, es muy basto, tenemos la de los grandes genios de la poesía Shakespeare, Camões, Homero, Quevedo, pero eran las personas más humildes, es difícil calificar cual es la poesía que no tiene la calificación estética. Es difícil saber dónde termina la poesía, no debe haber ni populismo ni elitismo poético, la poesía no es hecha para los profesores universitarios, la poesía sirve para todos los hombres, me limito a tratar de comprender la poesía, las manifestaciones, el lenguaje propio, saber qué es lo que te dice eso. La poesía es una creación, no un lenguaje motivacional, sino para imaginar, para seducir, para conocerse a sí mismo.

 

 

  —    La poesía nace de un acto solitario…  

De una experiencia individual, un poeta sabe que la importancia de la soledad no puede ser confundida con la oscuridad, ahora hay poetas de cada generación que hacen muchas más cosas con la poesía a partir de movimientos literarios, construyen puentes literarios, que intentan buscar la uniformidad, las características comunes, la familia que pertenece, lo que diferencia a los poetas de una generación es su transgresión a su propia generación, ahora la poesía es un sistema, no puedes imaginar hoy un poeta único, ni un movimiento único.

 

 

  —    ¿La poesía volverá a ser para las masas?  

Eso se ha discutido, la poesía era para las masas, en la Grecia antigua, en mi opinión yo sigo aquel postulado de Juan Ramón Jiménez que dice que la poesía es para la inmensa minoría.

 

 

  —    En esta época en donde hablamos con los dedos y escuchamos con los ojos, ¿a dónde se fue el lenguaje?  

Hoy hay varios lenguajes, la poesía es fundamentalmente muy diversa, ahora la poesía no está amenazada, el espacio es disputado por el lenguaje audiovisual, por el internet, por la televisión.

 

 

—    No sé que suceda actualmente en Brasil, pero el menos en México hay cada vez menos crítica literaria y mucho menos de poesía…  

En toda la historia de Brasil en las revistas siempre ha habido buenos y malos críticos, durante el modernismo hubo grandes críticos, luego ya las revistas y periódicos comenzaron a prescindir de los críticos, la academia acaparó la función crítica sólo que las universidades se inclinan por los poetas celebres, con una obra ya realizada, está faltando en Brasil un gran cuerpo crítico encargado de hablar sobre libros y descubrir talentos, el crítico tenía la función de mediador, de interpretador. Ahora hay pocas pautas de curiosidad intelectual.

 

 

  —    ¿El periodismo y la poesía son los mejores oficios para conocer al ser humano?  

Cada persona tiene su vocación y cada persona piensa de manera distinta dentro de lo posible.  

 

 

—    En una antología que le publica la UNAM, dice que de pronto soñó que todos los poemas habían sido escritos simultáneamente.  

Atribuí al poeta una especie de evolución, Hay un punto de vista histórico, realmente un poema no precede ni antecede a otro, hay puntos de vista estéticos, los poemas están donde están. No son artefactos literarios, ni objetos de arte.

 

 

  —    La pregunta de las mil repeticiones: ¿Qué es la poesía para Lêdo Ivo?  

Yo diría que la poesía somos nosotros, yo no concibo un mundo que no conoce la poesía, que no sabe de un Quevedo, un Baudelaire. La poesía es mi razón de existir. El mundo acaba, la poesía no.  

 

 

 

—    Cuando Lêdo Ivo se levanta por la mañana y abre la ventana ¿Qué ve?  

Veo un bello mundo con versos que pueden ser poemas.  

 

 

—    ¿Por qué le han apodado “el inmortal” en la academia brasileña?  

Es una paráfrasis tropical, nosotros nos decimos inmortales porque no tenemos un lugar para caer muertos, es como un parnasianismo.  

 

 

—    Lêdo Ivo “el inmortal” ¿ha pensado en un epitafio?  

Aquí yace Lêdo Ivo, libre de toda palabra.  

 

 

—    ¿Qué clase de animal es el poeta?  

Un animal de fondo, el ser primero.      



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